sábado, 5 de julio de 2008

EL LOCO QUE DICE BUEN DIA

Íbamos de la mano, por la calle asoleada, y en el mismo vientito en el que venia el olor de las flores del florista de la esquina, vino la voz del hombre: "buenos días... buenos días... pero que linda mañana... señora. Por que tiene la cara tan triste? No ve que hoy es primavera?...No me diga atrevido, señora... me gusta la gente... y si no hablo con la gente... me siento muy solo... o usted no se siente sola, señora apurada?... Buen día señor, tome una margarita para la solapa del saco... Vaya manera de decir que no! Es primavera y hay que llevar una flor en la solapa. Si no, para que sirve que sea primavera?"
Y así con su voz alegre, lo fue acercando hasta nosotras dos, mamá y nena con una media caída y la otra no.
Yo ya lo conocía. Lo había visto muchas veces hablando solo, con los ojos azules y límpidos fijos en una distancia color amanecer. Lo había visto derramando su "buen día, señora; buen día, señor; buen día, señorita", como si fuera una regadera de palabras humedeciendo el tiempo.
Y había visto también el enojo, la sonrisa burlona o la simple indiferencia de la gente que pasaba a su lado. Algunos insultándolo, otros haciéndole burla, los más sin mirarlo siquiera como si no existiera.
Verónica se detuvo frente al hombre.
- Buenos días, señora...
- Es tu amigo, mamá?
No supe que contestar. Me tomo por sorpresa la pregunta. Era mi amigo? No era mi amigo? No sabía...
- Si nena linda -balbuceo el mientras quitaba una flor de los ramos del florista y se la alcanzaba con una mano huesuda y pálida-
-Tu mama es mi amiga... Toda la gente es amiga mía... Los jóvenes, los chicos... los perros, los gatos, los canarios... Porque yo fui el que entró a la pajarería y le abrió las puertas a las jaulas de los pajaritos... Hubieras visto como se puso el cielo ese día, de todos colores, igual que un jardín! Cómo te llamas?
- Verónica..... y quiero ser tu amiga. En la plaza yo me hago amiga de todos los chicos...
En cambio las personas grandes son diferentes. No mama?
-A veces...
A veces... o casi siempre, por desgracia.
La gente lo llama “el loco que dice buen día”. Pero es el único ser que vi con una flor en el ojal en primavera. Y que en vez de llevar un pañuelo en el bolsillo del saco, lleva una paloma blanca que picotea el aire leve. Y en vez de tener los ojos empañados de envidia, de tristeza, de rencor... los tiene abiertos y hondos, se puede ver en ellos lo que siente, como se ven los peces a través del agua de los riachos del sur.
Las personas grandes para ser amigas tienen que responder un complicado cuestionario, llenos de signos y números. No pueden decir "buen día" a la gente que se cruza con ellas por la calle porque la gente se sorprendería... y las llamaría locas, como al hombre de los ojos de niño que te dio la caléndula y le va cantando al sol y a la ternura, estremecido por la alegría de trompo y calesita que da vueltas en el mundo de los niños.
Cuando el hombre se alejo, vos me preguntaste:
-Por que le dicen loco, mama?
-Porque... porque no lo comprenden.
-A mi me parece mas loco aquel señor que va con sombrero y traje en un día tan lindo.
-A mi también, Verónica.
Tenés razón. Claro que tenés razón. Cómo va a ser un loco un hombre que regala flores y saluda por las calles, como va a ser loco un hombre que ama a los viejos, a los jóvenes, a los niños, a los perros, a los gatos, suelta a los pájaros de las jaulas y sonríe porque el sol es redondo y amarillo?
Locos... somos los otros: los que miramos con angustia los relojes, los que no estrechamos las manos de quienes no nos muestran su documento de identidad y no tienen bien lustrados sus zapatos, los que ponemos un vidrio de distancia entre nosotros y los demás... con la excusa de protegernos. Bah... por temor a darnos, a amar, a que nos llamen locos.

No se de quien es, lo encontré en mi pc....capaz es de alguien conocido, capaz lo escribió alguno de mis amigos...en fin...sigue un poco con la línea de estas últimas reflexiones...

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