El 18/06 me emancipé naturalmente…o en la versión comercial cumplí 21.
Y esto conllevó una gran fiesta, muy lindas tarjetas y un celular que (afortunadamente) no dejó de sonar.
Ya no más consejos de mamá: “cuidado con andar de noche sola por la calle” “ Estudiá más y jodé menos” “no uses cuchara de metal en las ollas de teflón!!!” ya basta!! tuvo mi oreja 21 años a su disposición para cargarla con estos consejos y “ordenes”, ahora es momento de que salga sola a aprender las vueltas que tiene esta vida.
Se que mucho de esto es solo simbólico porque en realidad las cosas no cambian tanto, pero es tiempo de crecer, (¡Ya era hora!) Y es momento de recapacitar un poco sobre los cambios de la vida, las experiencias que nos marcaron para bien y para mal, los amigos que ganamos, perdimos y dejamos guardados en el camino para poder volver a buscarlos mas tarde. Hablo ahora en plural porque me parece que esta bueno que todos nos podamos tomar un tiempo para esto, no hay que esperar a las fechas especiales.
Mirar la vida en retrospectiva y aprender, y equivocarnos nuevamente.
Generar anécdotas, vivir la vida y portarse mal ahora ... que cuando trabaje y no tenga tiempo por lo menos me queden estos momentos para recordar y sonreír, llorar y avergonzarme.
Gracias amigos a todos por haber estado ahí siempre, particularmente el miércoles!!
martes, 24 de junio de 2008
sábado, 14 de junio de 2008
Filosofia barata...la valentía, la vulnerabilidad y el temor
"El amor es un acto de valentía, nunca de temor" Paulo Freire
Siendo el amor un sentimiento tan lindo, siendo en realidad la base de las relaciones humanas y del funcionamiento de la sociedad, ¿Por qué nos cuesta tanto amar?
La sociedad en sí no puede funcionar sin amor, al prójimo, al amigo, a la sociedad, a la vida, y sin embargo es algo que nos cuesta demostrar y por sobre todo decir.
Amar parece hoy en día una palabra prohibida, no es que esté mal amar, pero es algo que decimos con menos frecuencia de lo que deberíamos y probablemente con menos frecuencia de lo que lo sentimos.
Decir que amamos a alguien es un acto que requiere de una valentía extraordinaria porque nos pone en una situación más que vulnerable ante el otro, no sabemos cuál será la respuesta ante tal demostración y corremos el riesgo de salir lastimados al no ser correspondidos. El temor que no da la incertidumbre de la respuesta y el miedo al salir lastimados han hecho del amor una palabra en vías de extinción.
Y sin embargo, es la más clara demostración de valentía, es el hecho mismo de exponernos como somos, de dar lo mejor de nosotros y es algo hermoso que no debería darnos miedo.
No está mal amar, pero la sociedad nos ha llevado a hacerlo un tema tupé y nos ha convertido en seres miedosos e introvertidos; nos convertimos en seres que no arriesgamos por miedo a perder y que por tanto ganamos muy poco.
Cada día me convenzo más de que es necesario que destituyamos el temor a no ser amados, y que construyamos en conjunto una sociedad que no tenga miedo a amar. Debemos comprender que uno puede amar a los amigos, a la familia y a todos los seres que habitan en este planeta porque el amor pasa por uno mismo, no es un sentimiento que se construya en conjunto.
El amor es un bien propio que deberíamos entregar lo más que podamos, y la gran verdad de todo esto es que no es posible amar a alguien que no nos ama.
Digamos a quienes queremos que los queremos, que los amamos, que nos preocupamos por ellos, que nos importan. En esta vida que parece pasar tan rápido darnos la oportunidad de amar y de decirlo, sacarnos la armadura y ser, por un momento vulnerables, es lo que la hace única y verdaderamente valiosa.
El que no arriesga no gana....
Siendo el amor un sentimiento tan lindo, siendo en realidad la base de las relaciones humanas y del funcionamiento de la sociedad, ¿Por qué nos cuesta tanto amar?
La sociedad en sí no puede funcionar sin amor, al prójimo, al amigo, a la sociedad, a la vida, y sin embargo es algo que nos cuesta demostrar y por sobre todo decir.
Amar parece hoy en día una palabra prohibida, no es que esté mal amar, pero es algo que decimos con menos frecuencia de lo que deberíamos y probablemente con menos frecuencia de lo que lo sentimos.
Decir que amamos a alguien es un acto que requiere de una valentía extraordinaria porque nos pone en una situación más que vulnerable ante el otro, no sabemos cuál será la respuesta ante tal demostración y corremos el riesgo de salir lastimados al no ser correspondidos. El temor que no da la incertidumbre de la respuesta y el miedo al salir lastimados han hecho del amor una palabra en vías de extinción.
Y sin embargo, es la más clara demostración de valentía, es el hecho mismo de exponernos como somos, de dar lo mejor de nosotros y es algo hermoso que no debería darnos miedo.
No está mal amar, pero la sociedad nos ha llevado a hacerlo un tema tupé y nos ha convertido en seres miedosos e introvertidos; nos convertimos en seres que no arriesgamos por miedo a perder y que por tanto ganamos muy poco.
Cada día me convenzo más de que es necesario que destituyamos el temor a no ser amados, y que construyamos en conjunto una sociedad que no tenga miedo a amar. Debemos comprender que uno puede amar a los amigos, a la familia y a todos los seres que habitan en este planeta porque el amor pasa por uno mismo, no es un sentimiento que se construya en conjunto.
El amor es un bien propio que deberíamos entregar lo más que podamos, y la gran verdad de todo esto es que no es posible amar a alguien que no nos ama.
Digamos a quienes queremos que los queremos, que los amamos, que nos preocupamos por ellos, que nos importan. En esta vida que parece pasar tan rápido darnos la oportunidad de amar y de decirlo, sacarnos la armadura y ser, por un momento vulnerables, es lo que la hace única y verdaderamente valiosa.
El que no arriesga no gana....
jueves, 12 de junio de 2008
Es solo una cuestion de actitud....crítica
Bloggeando por ahí, y a eso le llamo leer algunos de mis blogs de cabecera, recapacité un poco sobre la vida cotidiana, sobre el no tener tiempo, el "deber hacer" antes del "querer hacer" y sobre el disfrute de la cotidianidad.
A menudo sucede que nos damos cuenta que dejamos de hacer cosas que queremos por hacer aquello que debemos y por la simple imposición de creer que estamos haciendo las cosas por deber no nos damos la oportunidad de disfrutar.
Sartre decía que no estamos exentos de elegir pues todo en esta vida es una cuestión de elección, incluso el suicidio, elegimos no vivir más, elegimos levantarnos para trabajar, elegimos ir a cursar, elegimos incluso hacer las cosas que "debemos" hacer, y es entonces donde entra esta paradoja del disfrute, ¿Por qué si elegimos hacer las cosas no nos damos la oportunidad de disfrutarlas?
Propongo entonces un pequeño ejercicio, recapacitar sobre la vida cotidiana: ¿Qué rescatas de todo lo que hiciste hoy? ¿Qué te gustó más? ¿Qué no te gustó? Quizás pensando un poco en todo esto podamos empezar a apreciar un poco más la vida cotidiana y encontremos que cada uno de los días que pasan nos traen nuevas enseñanzas y pequeños deleites, y que la felicidad pasa solo por una cuestión de actitud... crítica
PD: no me cansaré jamás de recordar que la crítica también puede ser buena!
A menudo sucede que nos damos cuenta que dejamos de hacer cosas que queremos por hacer aquello que debemos y por la simple imposición de creer que estamos haciendo las cosas por deber no nos damos la oportunidad de disfrutar.
Sartre decía que no estamos exentos de elegir pues todo en esta vida es una cuestión de elección, incluso el suicidio, elegimos no vivir más, elegimos levantarnos para trabajar, elegimos ir a cursar, elegimos incluso hacer las cosas que "debemos" hacer, y es entonces donde entra esta paradoja del disfrute, ¿Por qué si elegimos hacer las cosas no nos damos la oportunidad de disfrutarlas?
Propongo entonces un pequeño ejercicio, recapacitar sobre la vida cotidiana: ¿Qué rescatas de todo lo que hiciste hoy? ¿Qué te gustó más? ¿Qué no te gustó? Quizás pensando un poco en todo esto podamos empezar a apreciar un poco más la vida cotidiana y encontremos que cada uno de los días que pasan nos traen nuevas enseñanzas y pequeños deleites, y que la felicidad pasa solo por una cuestión de actitud... crítica
PD: no me cansaré jamás de recordar que la crítica también puede ser buena!
viernes, 6 de junio de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)